domingo, 27 de enero de 2013

No Sólo de Pan...


De cruzadas y de hambre
Yuriria Iturriaga
C
on la cruz ideológica en ristre, los cruzados de hoy atacan el hambre como si se tratara de una enemiga extranjera. Pero el hambre no les es extranjera, sólo les es extraña, porque no la han experimentado en cuerpo propio. En cambio, ellos son parte activa y consciente de la política que ha hambreado a más de 7 millones de compatriotas. Pero autodenominarse cruzados, evocando una guerra santa contra un enemigo, no puede ser casual ni inocente: disfraza la acción que consiste en llevar a lugares políticamente estratégicos acciones paliativas equivalentes a la de poner curitas sobre heridas profundas que los mismos curadores causaron directa o indirectamente... y que seguirán profundizando.
Una verdadera cruzada sería la de millones en la calle: ancianos sobrevivientes, mujeres con pechos secos, niños famélicos, hombres minados en cuerpo y alma; acompañados por objetores de conciencia que nos negáramos a consumir nada fuera de lo estrictamente necesario para no sucumbir, y esto no sólo por solidaridad, sino para llevar a la quiebra a productores y vendedores de lo inútil, obligándolos a invertir en la producción de alimentos sanos y de tradición mexicana, destinados a todos, incluso a ellos mismos.
Una manifestación millonaria que, a través de todo el territorio nacional, no pidiera sino exigiera: a) Certeza y ampliación de la tenencia de la tierra comunitaria y ejidal; b) paralela reducción de las extensiones de monocultivos para el mercado, cuya pretendida mayor productividad se basa en mecanización y agrotóxicos; c) prohibición absoluta (como la de las armas nucleares) de transgénicos trasnacionales y en especial del maíz, en todo el territorio mexicano; d) inversión inmediata en el saneamiento de suelos en barbecho; e) inversión paralela en la producción de los pluricultivos ancestrales, llamados milpa, y que han sido la base de la alimentación de los mexicanos (incluso de los multimillonarios y hasta de residentes extranjeros); f) protección del maíz y frijol, sustrayéndolos del Tratado de Libre Comercio de Ameríca del Norte mediante la declaración unilateral de la MILPA como EXCEPCIÓN CULTURAL, con base en el compromiso que el Estado mexicano contrajo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, al aceptar, en 2010, las medidas de salvaguarda necesarias para asegurar la supervivencia de la cocina tradicional mexicana como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad; g) aplicar la sabiduría china contemporánea, o sea, exportar los productos de alta tecnología y emplear la mano de obra nacional en la producción de consumo interno y en especial de alimentos y, h) no poner sobre las espaldas y responsabilidad del consumidor, al que le meten todo tipo de cosas innecesarias, e incluso dañinas, la tarea de paliar el hambre con dádivas y compra de conciencias individuales, seduciéndolo para que aparezca como elhéroe de la historia (Adolfo Sánchez Rebolledo dixit).
Porque la hipocresía en la lucha contra el hambre nos puede alcanzar a todos en mayor o menor medida, incluso a la izquierda militante en cuyo discurso aparecen la desigualdad y la pobreza como un conjunto de indicadores, pero no el hambre como la prioridad máxima de toda política social. No vayamos a caer también en la barbaridad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), que comienza ahora su campaña mundial Piensa, aliméntate, ahorra contra el desperdicio de alimentos, justo cuando poblaciones europeas, aun correctamente vestidas, escarban en los basureros en busca de algo para comer… Siendo la FAO a la que se debe que en África subsahariana, entre otros pueblos, existan hambrunas por la destrucción de los sistemas tradicionales alimentarios para introducir revoluciones verdes. La FAO, que denuncia el desperdicio de 300 millones de toneladas al año por desecho de alimentos no aptos para el consumo… ¡sin mencionar los excedentes agrícolas que se destruyen para preservar los precios!

viernes, 18 de enero de 2013

México: La minería y sus consecuencias




Foto: Solidaridad y Paz
Por Gustavo Castro Soto
18 de enero, 2013.- Este documento es un extracto de uno de los capítulos del Manual Popular “La Mina nos Extermina”, que se editará en este semestre de 2013 por Otros Mundos A.C. Aquí hacemos referencia a algunas de las consecuencias del Modelo Extractivo Minero y algunos ejemplos de sus afectaciones en México.
La minería es el megaproyecto que más vidas en accidentes ha cobrado en todo el mundo. La mina de plomo, cobre y zinc (Industrial Minera México) en Zacatecas, ha cobrado en los últimos 4 años al menos 100 personas fallecidas por malas condiciones de seguridad, laborales y problemas de salud.
En los primeros ocho meses de 2012 fallecieron veinticinco trabajadores en la región carbonífera de Coahuila. El total de mineros del carbón siniestrados desde 2006 hasta la fecha es de 147 (2006, 77; 2007, 3; 2008, 1; 2009, 8; 2010, 13 mineros y 2011, 30 más); caídos en pocitos, tajos y minas subterráneas de carbón, plantas de beneficio y transporte del carbón.
En 2008 se registró un derrame de miles de litros de jales de la mina La María afectando flora, fauna y red pluvial. En 2010 la minera MINDFANDERS que opera ilegalmente la mina Dolores en Chihuahua, provocó un derrame de cianuro de sodio sin control.
En 2012 se registró intoxicación con monóxido de carbono en la mina de mercurio El Mono, en Querétaro, con un saldo de tres muertos. En 2012 la inundación de la mina de carbón en Saltillo, Coahuila, registró dos mineros atrapados.
La minería es el megaproyecto de mayor consumo de agua y es su mayor fuente de contaminación. Altera el nivel freático y desplaza las aguas subterráneas. Contamina el agua superficial y subterránea con sales minerales, sulfatos, nitratos, óxidos, aceites, grasas, lubricantes, químicos, explosivos y metales pesados (arsénico, plomo, cadmio, cromo, cianuro y mercurio).
Los desechos y las presas de jales almacenan contaminantes que se evapora y la absorben los follajes, los árboles y las plantas; otra se escurre a los ríos o arroyos, o se filtra al subsuelo contaminando aguas y pozos, y otra queda atrapada en la presa. Se producen filtraciones, derrames o fugas de aguas contaminadas.
La extracción gigantesca de agua provoca desertificación masiva, sequías y agotamiento de fuentes de agua. No hay mina que no contamine el agua. Es inevitable a una mina y deja el agua inservible para el consumo humano o para la agricultura. Es imposible dejarla en su mismo estado en el que se encontró.
La mina San Xavier utiliza diariamente 32 millones de litros de agua, mezclados con 16 toneladas de cianuro. En 2010 consumió 10 mil millones de litros de agua mezclados con al menos 4 millones de ton. de cianuro, y removió unos 20 millones de ton. de subsuelo.
La mina Peña Colorada (empresas Ternium y Arcelor Mittal), extrae 16 mil toneladas diarias de fierro que transporta por 2 ferroductos de 52 kms. hasta el puerto de Manzanillo usando presión de altas cantidades de agua. La mina de Paredones Amarillos usaría en sus 10 años de vida 50 mil millones de litros de agua (más de 560 mil litros de agua cada hora en zonas desérticas). Las minas de Zacatecas consumen más de 3 millones de litros de agua cada hora.
Desde las Fases de Exploración hasta el Beneficio el aire es contaminado. El uso de explosivos emite polvo y material particulado que se transporta por el viento. Igualmente los químicos y sustancias tóxicos como anhídrido sulfuroso, arsénico, nitrato de amonio, diesel, solventes, acetileno, anhídrido carbónico comprimido, etc., que generan diversos síntomas de enfermedades en las vías respiratorias.
Se emiten gases y vapores tóxicos (como dióxido de azufre, de carbono y metano); lluvia ácida; contaminación del aire por la extracción, la excavación, el transporte y transferencia de materiales; el polvo de los caminos sobre casas, escuelas, y sobre los cultivos lo que asfixia a las plantas, árboles y toda producción agrícola impidiendo su reproducción y la generación de alimentos locales.
El aire se contamina con la quema de los materiales y de combustibles fósiles, la incineración, la utilización de maquinaria pesada; las canchas de relaves y los gases tóxicos de la lixiviación; el polvo y contaminantes que levanta el viento sobre la tierra erosionada, la piscina de relaves, caminos y pilas de materiales.
La contaminación del agua, del aire, la erosión, la deforestación, la pérdida de arroyos y agua de los pozos, entre otros factores, disminuye drásticamente las posibilidades de producir diversos cultivos. También los animales se envenenan.
El agua y los alimentos tienen que ser comprados en comercios y muchas veces a precios muy altos. En el caso de la mina en Paredones Amarillos pretende consumir en 10 años al menos 180 millones de kilogramos de explosivos (180 mil toneladas).
La mina produce muchos tipos de ruido y vibraciones insoportables que afectan la flora, fauna y la salud de los pobladores locales, y en especial de los niños y las niñas. Proviene de las explosiones, de los grandes vehículos, de los molinos y chancadoras, y todo tipo de maquinaria.
La minería es el megaproyecto más devastador de la biodiversidad y de manera irreversible. La minería (incluyendo la extracción petrolera) amenaza el 38 por ciento de las últimas extensiones de bosques primarios el mundo. La minería deforesta millones de hectáreas y pulveriza montañas, millones de toneladas de roca y la desaparición total de bosques, selvas y toda cubierta vegetal.
Elimina para siempre hábitats de flora y fauna incluso endémicas o en peligro de extinción, también por la contaminación de agua, aire y suelos. Pone en riesgo especies de pájaros, mariposas, colibríes, monos, abejas, y otras especies que reproducen la polinización y la biodiversidad. Desaparece corredores biológicos.
Se pierde biodiversidad con la erosión de los suelos, los deslaves; la deforestación por nuevos asentamientos por desplazamientos forzosos; los derrames y otros accidentes; los paisajes arruinados, los recursos hídricos saqueados, los vertederos de desechos tóxicos y los ecosistemas contaminados.
En Chiapas se han concesionado yacimientos de titanio y magnetita en Área Natural Protegida de la Reserva de la Biosfera El Triunfo. Por su lado, en Veracruz la mina de oro Caballo Blanco (Gold Group) en la fase de exploración tumbó 15 mil árboles.
Abarca manglares, vegetación de duna costera, bosque de encino tropical y selva baja caducifolia, ecosistemas propios y especie endémica en peligro de extinción. La región cuenta con 236 especies migratorias neotropicales; 12 especies de aves endémicas o de distribución restringida y 4 de las 19 especies de aves en peligro de extinción.
Pretendería una producción anual de 100 mil onzas de oro a partir de 2012 con un ingreso de mil millones de dólares a escasos 3 km. de la nucleoeléctrica Laguna Verde.
La relación entre Minería y Cambio Climático es directa. La Industria Minera y Metalúrgica es responsable del Cambio Climático. Desde la explotación, la exploración, el beneficio, la industrialización, la comercialización hasta el consumo, emite el 20% de los Gases Efecto invernadero (GEI) de todo el mundo, y consume entre el 10-20% de combustibles fósiles.
Además, el Modelo Extractivo Minero tala y deforesta miles y miles de hectáreas de bosques y selvas cada año, elimina así los sumideros de carbono y favorece la concentración de CO2 en la atmósfera. Agudiza el calentamiento global por el transporte de minerales a base de hidrocarburos a miles de kilómetros.
La minería subterránea consume grandes cantidades de madera; y de carbón vegetal en las minas con hornos de fundición. Todo el Sistema Minero demandan enormes cantidades de agua y energía en los procesos secado, tostado, fusión, recristalización, destilación, electrólisis, etc., cuyas fuentes son de hidrocarburos, o de represas que a su vez generan el 5% de todos los GEI en el mundo e inundan selvas y bosques, bloquean los sumideros de carbono y generan gases como el metano (20 veces más contaminante que el CO2) con la descomposición de la materia viva.
La minería acelera la concentración de la riqueza a costa de destruir el planeta. Las ganancias de las empresas mineras son tales que pueden rebasar los presupuestos de secretarías, ministerios y otras dependencias gubernamentales juntos de muchos países; y del mismo Producto Interno Bruto (PBI) de varios países juntos.
En México, las divisas por la industria minera aumentó 45.58% (2011) con 19 mil millones de dólares del valor anual de su producción (25% de la explotación de oro, 20% de la plata, 17% del cobre y 38% en zinc, coque, hierro y carbón, entre otros). 209 empresas canadienses con 600 proyectos cotizan en la Bolsa de Valores de Toronto (2012).
Canadá es el principal inversionista en México con el 75% de la Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector. La minería contribuye con el 4.9% del PIB, ganando 16 mil 717 millones de dólares (2006-2012). Es el primero de América Latina y el cuarto a nivel mundial como receptor de inversión para la exploración minera (2012).
La corrupción es la puerta de entrada que garantiza la instalación de un proyecto minero, y por tanto la estrategia fundamental para corromper a funcionarios de las diversas instancias gubernamentales federales o locales; pero también a congresistas, autoridades municipales, comunitarias, o de las mismas organizaciones locales.
Los intereses mineros están por encima de las consideraciones culturales las cuales se descalifican, se ignoran y minimizan. El modo de vida de los pueblos originarios, su cosmovisión, su relación con la Madre Tierra se ven atropellados por la desinformación, falta de consulta, la intimidación y la represión.
Pero también por la contaminación, la destrucción física irreversible del territorio, de sus bosques, de su flora y fauna; de las fuentes de agua y luego su disputa por ellas. Se destruyen sitios arqueológicos, lugares sagrados, de culto, de las costumbres ancladas en su territorio y de los espacios de encuentro comunitario.
La minería acarrea siempre división, confrontación y conflictos comunitarios y familiares; destrucción de los valores y costumbres tradicionales, de la solidaridad y la unidad de las familias. Sus procesos comunitarios no son respetados sino más bien se les corrompe destrozando sus mecanismos políticos y organizativos…

tomado de
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viernes, 4 de enero de 2013

Minería y el Pacto por México


Juan Carlos Ruiz Guadalajara*
E
n su carrera por hacerse de legitimidad Peña Nieto apuesta por el denominado Pacto por México entre las tres fuerzas políticas mayoritarias, y advierte que el país no debe esperar más las mentadas reformas que, según su visión neoliberal, necesita la nación. En paralelo, el nuevo gobierno federal y los poderes fácticos lanzan una campaña de unidad nacional, cargada de propaganda nacionalista, cuya intención es satanizar de traidores y saboteadores a los ciudadanos que no se adhieran al acuerdo cupular.
A un mes de su firma, el Pacto se ha convertido en la agenda de discusión parlamentaria para los próximos meses y ha generado reacciones contrastantes, desde críticas demoledoras que muestran su cara más sórdida, mendaz y excluyente, hasta automáticas adhesiones que incluyen a un espectro importante de la autoproclamada izquierda partidista congregada en el PRD. En medio de la polémica, el pacto se ha convertido en eficiente distracción que estimula la desmemoria social sobre la forma en que Peña Nieto y sus aliados operaron la compra de la Presidencia.
Sus principales efectos provienen de una ambigua mezcla de ofertas de beneficio social con reformas estructurales que se sintetizan en las propuestas del punto número 2, Acuerdos para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad. Es en este apartado donde se concentran las claves para desenmascarar el Pacto por México como un proyecto de reacomodos político-empresariales que excluyen a las fuerzas ciudadanas. Prueba de ello es el caso de la minería, solventado en el pacto mediante escasos 10 renglones del punto 2.6, el cual propone una nueva Ley de Explotación Minera dirigida a convertir esta industria en socialmente responsable. Tal cualidad se reduce a la intención de crear una nueva carga fiscal que establezca impuestos a la producción minera y derrame recursos en los municipios y comunidades donde se asienten las explotaciones. Quienes diseñaron y negociaron el pacto evadieron así la urgencia de cambiar el actual modelo extractivista impuesto por Salinas y su primera generación de reformas neoliberales, misma que ha generado daños socioambientales irreversibles y a gran escala en diversas regiones del país.
En 1992 la modificación del artículo 27 constitucional eliminó la protección de la propiedad social de la tierra y creó los mecanismos para que ejidatarios y comuneros pudieran asociarse entre sí o con terceros para actividades productivas, iniciando la conversión de la tierra ejidal y sus recursos en mercancías, proceso que se complementó con reformas a leyes secundarias, incluidas las de minería e inversión extranjera. La primera, además de plantear formidables condiciones de exención fiscal para la minería, en su artículo sexto declaró de utilidad pública la exploración, explotación y beneficio de minerales, que definió como preferentes por sobre cualquier otro uso del territorio; la segunda permitió la operación de empresas mineras de capital foráneo. Con ello, los intereses privados de mineras trasnacionales se convirtieron, inconstitucionalmente, en causa de utilidad pública, abriendo la puerta a un proceso de despojo territorial y de transferencia de recursos minerales –principalmente metales preciosos– hacia el extranjero, a cambio de una deuda ambiental y social sin precedentes. A lo anterior se sumaron factores como la nueva fiebre áurea y transformaciones de la industria minera, sobre todo canadiense, cuyas técnicas le permiten extraer oro disperso en territorios mediante la devastación a partir de tajos a cielo abierto.
Los conflictos, despojos y destrucción del patrimonio ambiental, producto del avance que las mineras en México han logrado en años recientes con corrupción y apoyo gubernamental, han generado una resistencia ciudadana que plantea la reforma integral del marco legal para detener el irracional modelo extractivo que padecemos.
Organizaciones ciudadanas, abogados y académicos discutieron en 2012 el problema y avanzaron en una iniciativa de reforma a la ley minera, la cual plantea eliminar el carácter de utilidad pública que tiene la extracción de minerales. El enfoque se basa en la recuperación del principio del bien común, la preservación del patrimonio, la defensa del territorio, la biodiversidad y los derechos humanos; la defensa del agua, la prohibición de la minería a cielo abierto para metales preciosos; el acceso efectivo a la justicia ambiental; la estricta regulación y vigilancia de la industria minera; el diseño de un nuevo esquema fiscal que detenga la transferencia de riqueza al exterior, entre otras medidas. El objetivo es presentar dicha iniciativa ciudadana en febrero ante el Congreso de la Unión. Sin embargo, los supuestos representantes populares y las corporaciones mineras tienen otros planes.
Así lo demuestra la exclusión que de las iniciativas ciudadanas han hecho las fuerzas políticas firmantes del pacto, en las cuales militan desde legisladores que conocen las atrocidades cometidas por mineras trasnacionales, hasta otros que operan como cabilderos de dichas corporaciones. Ejemplo, lamentable, ha sido el intento del senador Armando Ríos Piter por detener la iniciativa de su compañera de bancada, Iris Mendoza, quien exigió la clausura de New Gold-Minera San Xavier (MSX) en Cerro de San Pedro y la creación de una comisión que investigue sus delitos. Ríos Piter logró que el 8 de noviembre su amigo Armando Ortega –director de MSX y ex funcionario– fuera recibido en privado por la senadora Mendoza y su equipo. Recientemente, Ríos Piter buscó asesoría de expertos en derecho financiero y fiscal para adelantar una propuesta de reforma de ley minera que permita mantener las condiciones básicas de depredación. ¿Para quién trabaja este senador? No para la ciudadanía, mucho menos para la defensa del país. Habrá que preguntarle entonces a Jesús Zambrano.
* Investigador de El Colegio de San Luis, AC. Autor de Dolores antes de la Independencia. Microhistoria del altar de la patria. Miembro de la Red Columnaria de la Universidad de Murcia, España

jueves, 3 de enero de 2013

Oaxaca: Sangre en la plata


DAVID BACON
TRADUCCIÓN: PAULINA SANTIBÁÑEZ Y BRISA ARAUJO
San José del Progreso, Oaxaca. En su sala, en San José del Progreso, Abigahil Vásquez Sánchez ha instalado una docena de pequeñas cabinas telefónicas, usadas por residentes del pueblo que no cuentan con teléfono propio. Fuera de las ventanas, por encima de los teléfonos, la calle bordeada por árboles en la que vive, conduce a los campos que se asientan a los pies de colinas coronadas por nubes. San José, en el borde de un valle y a una hora al sur de la capital de Oaxaca, es un poblado bonito.
Pero este entorno aparentemente pacífico es engañoso. Desde que una mina comenzó a operar en la zona, los residentes que pasan por la calles se miran unos a otros con desconfianza. El miedo también es palpable en la casa de Vásquez. Una noche, en marzo pasado, sus temores se hicieron realidad. Se recuerda en su hogar esperando a su hermano, quien regresaría del aeropuerto de Oaxaca:
“Nos llamó a las seis de la tarde. Le pedí que nos esperara en el aeropuerto, porque había gente que lo estaba buscando. El día anterior, un extraño había estado preguntando por él, y esa noche una mujer llegó para hacer una llamada telefónica. No nos dimos cuenta de lo que estaba por pasar, que ella únicamente estaba tratando de averiguar cuándo regresaría él de Oaxaca.
“En todos los cruces de la carretera había gente que esperaba verlo pasar. Después de detenerse en una gasolinera, vio que un coche lo seguía. Luego había otro coche junto a él. Pensó que podría ser uno de los conductores de taxis de nuestro pueblo, pero no era así. Cuando el coche se detuvo junto a él, ellos comenzaron a disparar. Los disparos le dieron en la espalda y lo desviaron fuera del camino hacia el cruce a Santa Lucía, donde cayó sobre el volante. Mi primo estaba sentado junto a él, y recibió un disparo en la pierna”, relata Abigahil Vásquez
Jaime Vásquez Valencia, un conductor de taxi que pasaba por el lugar, se detuvo a ayudar. Colocó a Vásquez, su hermano herido y su primo en su taxi y se dirigió a la ciudad más cercana. Sin embargo, cuando llegaron Bernardo Vásquez ya estaba muerto. Los paramédicos llevaron a sus dos compañeros heridos al Hospital de Especialidades en San Bartolo Coyotepec.
“El asesinato fue planeado. Sabíamos que le molestaba a la mina, pues estaba recibiendo un buen número de amenazas. Casi no hablaba de eso, pero me dijo: ‘Sé que voy a morir, porque a la mina no le gusta lo que estoy haciendo’. La mayoría de amenazas llegaron por teléfono. Decían, ‘sabes, Bernardo, vas a morir’. Una amenaza escrita en la pared del vertedero que se encuentra debajo de la presa  decía ‘Tu fin ha llegado’. Folletos aparecían en la ciudad con la leyenda “El fin de Bernardo Vásquez ha llegado”. Cuando le decíamos que tuviera cuidado, decía: ‘tengo que quedarme aquí. Si mi muerte se acerca, la acepto’. Él vino a ayudar a que la gente despertara, y gracias a su valentía, mucha gente lo siguió”, recuerda Abigahil.
Abigahil Vásquez Sánchez es la hermana de Bernardo Vásquez, asesinado en marzo. La oficina del grupo que resiste a la mina está en su casa.
La guerra civil en San José del Progreso comenzó cuando Fortuna Silver, una empresa dirigida por ingenieros de minas peruanos y respaldados por inversionistas canadienses, decidió abrir una mina moderna en una zona donde la pequeña prospección había tenido lugar durante muchos años. Sin embargo, lo que visualizaron la compañía y su subsidiaria mexicana, Compañía Minera Cuzcatlán S.A. de C.V., estaba lejos de ser una operación pequeña. En 2006 el Gobierno Federal otorgó a la empresa una concesión que abarca 58 mil hectáreas de tierra (143 mil 321 acres o 223 millas cuadradas). En su página web, la empresa se refiere a esta área como “brownfields“, es decir, un terreno industrial contaminado. Hoy, la empresa excava y aplasta mil 500 toneladas de roca por día, extrayendo oro y plata mediante procesos de lixiviación de químicos.
Los residentes de San José son agricultores zapotecos, y hablan una lengua indígena que tiene siglos de antigüedad. La comunidad de agricultores constituye un ejido, una asociación protegida por las leyes de México concernientes a la reforma agraria. El proyecto minero abrió una brecha profunda entre los residentes de la ciudad en un momento en que muchas comunidades de Oaxaca fueron divididas por los diferentes partidos políticos.
Las autoridades políticas del poblado son del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Este partido gobernó Oaxaca durante setenta años. Su último gobernador, Ulises Ruiz, sofocó con violencia masiva un levantamiento que surgió a partir de una huelga de maestros en 2006. Cuando los habitantes del pueblo empezaron a cuestionar el proyecto minero, el presidente municipal Venancio Oscar Martínez Rivera se refirió despectivamente a ellos como “simpatizantes de la APPO”, en referencia a la organización que luchó contra el gobernador en las calles de la ciudad de Oaxaca.
Christina Pagano, portavoz de Fortuna Silver, afirmó: “La empresa obtuvo autorización para usar las tierras del ejido de San José del Progreso a través de dos reuniones públicas celebradas por los miembros del ejido en 2006 y 2007″. Pero Abigahil Vásquez dice que pasó tiempo antes de que los pobladores del lugarse dieran cuenta de lo que se estaba planeando.
 “En las reuniones del pueblo, Amadeo Alejo Vásquez Rosario ,el presidente municipal anterior, nunca dijo a la gente lo que estaba haciendo. Sólo dijo que estaba dando un permiso para un vertedero de basura. Al final nos dimos cuenta de que el vertedero era en realidad una concesión minera. Para ese entonces, algunas personas ya habían accedido a vender sus tierras ejidales”.
Su hermano Bernardo, quien había estado trabajando en Petaluma, California, se enteró de la creciente disputa, y regresó a San José para apoyar la lucha contra la mina. Los opositores a la mina organizaron la Coordinadora de Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán (CPUVO). El 14 de marzo de 2009 sus miembros bloquearon la carretera que conduce a la mina, exigiendo que el gobierno cancelara la concesión, pues contaminaría el medio ambiente con cianuro, mercurio y metales pesados.
Abigahil Vásquez recuerda una reunión de los miembros del ejido llevada a cabo el 5 de abril, durante el bloqueo.
“Los ejidatarios fueron convocados a la reunión por Quintín Vásquez Rosario, el comisionado de la tierra. Cuando llegaron las puertas estaban cerradas y se les pidió que firmaran hojas de papel en blanco. Cuando los ejidatarios empezaron a protestar, simplemente se les dijo que firmaran. En la puerta se recogieron las hojas con las firmas, y se inspeccionaron sus documentos de afiliación.
La gente creyó que las autoridades ya habían alcanzado un acuerdo, cediendo sus derechos a la mina. Cuando pidieron una explicación, el presidente municipal sacó su arma. Comenzó a disparar y la gente corrió hacia la escuela. Afortunadamente no hirió a nadie, pero algunos fueron golpeados por miembros de la familia del comisionado y el presidente municipal. Al final, el comisionado tuvo que renunciar a su puesto, pero después supimos que todavía estaba firmando acuerdos”, dice Abigahil Vásquez
Fortuna Silver pudo comenzar la extracción en San José debido a los cambios en la política de desarrollo económico de México que datan de la década de 1980, cuando el gobierno comenzó a abrir las puertas a la inversión extranjera para la extracción de recursos, incluso a costa de la destrucción del medio ambiente y la represión de los movimientos populares. Ésta es una política compartida por el viejo partido gobernante, el PRI, y el partido que ha gobernado durante los últimos 12 años, el Partido Acción Nacional (PAN).
En 1992 el presidente priista Carlos Salinas de Gortari, modificó la ley minera del país. La nueva ley de minería establecía que cualquier recurso potencial debía ser utilizado, privilegiando la extracción de minerales por encima de cualquier otro uso. Un año después, justo después de que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el límite de la inversión extranjera permitida en industrias “estratégicas” (como la minería) fue eliminado. Los sucesores de Salinas, Ernesto Zedillo, del PRI, y Vicente Fox, del PAN, aumentaron el número de concesiones y eliminaron los impuestos sobre las operaciones mineras.
Según Carlos Fernández-Vega, columnista de La Jornada, la tierra otorgada mediante concesiones alcanzó 25 millones de hectáreas para el final del mandato de Fox, en 2006, y se duplicó a 51 millones en los primeros cuatro años de gobierno de su sucesor Felipe Calderón. A cambio de 4 millones de hectáreas concesionadas, el gobierno mexicano recibió únicamente 20 millones de dólares.
 “Los concesionarios pueden exigir que las tierras ocupadas por un pueblo sean abandonadas para llevar a cabo sus actividades”, escriben los académicos mexicanos Francisco López Bárcenas y Mayra Montserrat Eslava Galicia en un estudio denominado Minerales o la vida. “Si una tierra se utiliza para cultivar alimentos, eso debe terminar para que una mina pueda ser desarrollada. Los bosques y desiertos corren el mismo riesgo”.  Las minas pueden ocupar las tierras habitadas por los pueblos indígenas, como los residentes de San José, en violación del Convenio ILO 169, el cual protege los derechos indígenas. Los municipios ni siquiera pueden cobrar cuotas para ser compensados por el uso o la destrucción de sus recursos.
Este modelo económico podría haber cambiado en las últimas elecciones en México, en julio pasado, si hubiera ganado un partido que estuviera comprometido con la protección de los derechos sociales, aún si el costo fuese la inversión extranjera. En cambio, las campañas electorales de los dos partidos conservadores estuvieron patrocinadas por contribuciones de enormes corporativos y, al final, el PRI regresó al poder. La política de desarrollo económico que ha compartido con su rival, el PAN, no va a cambiar, y como la minería y el desarrollo económico se rigen por las leyes y políticas federales,  los conflictos en las comunidades rurales como San José del Progreso se extenderán aún más.
La historia del PRI de suprimir el disenso se hizo evidente en mayo de 2009, cuando el gobernador Ulises Ruiz ordenó a la policía estatal terminar con el bloqueo de la mina de plata Fortuna, utilizando perros, armas de fuego, gases lacrimógenos y un helicóptero. Dieciocho fueron detenidos, entre ellos Bernardo Vásquez.
Para entonces, la campaña electoral para gobernador del estado se estaba calentando. Gabino Cué, el ex alcalde de la ciudad de Oaxaca, competía contra el PRI. Opositores de la mina San José lo apoyaron. El 18 de junio, un grupo que regresaba de un mitin electoral encontró al presidente municipal, Oscar Venancio Martínez Rivera, extrayendo una carga de grava del ejido en camiones de carga, supuestamente para la construcción de carreteras. Se desató entonces una pelea, en la que Martínez y Félix Misael Hernández, director de salud, fueron baleados y asesinados.
Bernardo Vázquez fue arrestado junto con otras ocho personas. Un cura local, que también se opone a las minas, Martín Octavio García Ortiz, fue secuestrado por los partidarios del PRI, quienes los golpearon, los torturaron y después los entregaron a la policía. Tiempo después, García fue obligado a dejar San José. El sacerdote dijo que sus agresores pertenecen a una organización que se creó para apoyar la construcción de la mina “San José Defendiendo Nuestros Derechos”. Cuatro días más tarde, la compañía minera Cuzcatlán anunció que había ganado siete concesiones adicionales, que sumaron en total 34 mil 10 hectáreas, algunas hasta por 50 años.
El primero de julio del 2010, Gabino Cue fue elegido gobernador, derrotando al PRI. Vásquez fue liberado en septiembre, cuando el promotor de justicia anunció que no había evidencias en contra de él. Vásquez, entonces, llamó a elecciones municipales en San José, diciendo: “Ya hemos pasado de la etapa de confrontación, y ahora debemos construir un puente de reconciliación”. En diciembre, sin embargo, el candidato del PRI Alberto Mauro Sánchez lo derrotó, por 1359 a 1216 votos.
El año siguiente, 2010, se dio inicio a la construcción de la mina, con un costo de 55 millones de dólares. En 2011, su primer año de funcionamiento, produjo 490,555 libras (13.907 Kg) de plata y 4,622 libras (131 Kg) de oro, a un costo de 4,51 dólares por libra de plata. Calculando según el precio de esos metales en el mercado actualmente – algo en torno de 30,85 dólares por libra, y 1660 dólares por libra de oro – la producción de plata del primer año agregó el valor de 15,13 millones de dólares. De acuerdo con la página web de Fortuna, “en 2012, San José espera producir 1,7 millón de libras (48 mil 194 Kg) de plata y 15 mil libras (425 Kg) de oro”.
La página dice que los proyectos de los colaboradores de Fortuna incluyen un centro de salud, una cancha deportiva y guardería, becas escolares, además de “mejorías a cocinas y construcción de baños ecológicos”. Bernardo Vásquez declaró al periodista canadiense DawnPaley, no obstante, que “ellos solo hicieron esas cosas para comprar a la gente, nada nunca funcionó, entonces la gente sigue cocinando a la manera tradicional… es como un paquete que ellos aplican en cada país y piensan que la gente va a reaccionar del mismo modo en todos lados”.
En mayo del 2011 representantes de diez pueblos pidieron al gobierno nuevamente que cancelara las concesiones, diciendo que estaban desechando cianuro y mercurio. “Esos proyectos de minería no representan desarrollo”, acusó Vásquez, “y en lugar de eso, han causado serios daños al medio ambiente y a nuestro tejido social”. El conflicto se intensificó tanto que los taxistas con permiso oficial, aliados al PRI, se han rehusado a atender a pasajeros que pertenecen al CPUVO. Cuando los opositores a la mina organizaron su propia cooperativa de taxis, el estado no les quiso otorgar los permisos. La policía llegó para impedir a los nuevos taxis de seguir operando, y en el siguiente tumulto dos patrullas y dos taxis fueron destruidos. Hoy, en el centro de San José del Progreso, los taxis rojos y blancos, oficiales, se paran en frente de la iglesia, mientras los conductores extra-oficiales aparcan sus pequeños three-wheelers azules cerca del mercado.
Finalmente, el 18 de enero de este año, la violencia se volvió terror. Opositores de la mina acusan al presidente municipal, Alberto Mauro, de haber empezado a instalar un tubo desde la presa y del reservatorio que contenía el agua para irrigación y uso doméstico, desviándola para la mina. Fortuna lo niega, y dice que su agua proviene de colecta pluvial y de la recuperación del agua de una estación de tratamiento de aguas residuales, en la ciudad vecina de Ocotlán.
“Estaba trabajando en la casa cuando escuché alguien que nos llamaba a ir a la iglesia para apoyar nuestros compañeros. Estábamos preocupados de que si dejaran pasar la tubería, ella nos dejaría completamente sin agua. También estábamos preocupados de que llegaran a enviar hombres armados o matones. Cuando llegamos allá, el hermano de Alberto Mauro dijo que quería conversar con Bernardo [Vásquez] y Rosalinda, que no estaban. Esos hombres habían sacado sus armas cuando una mujer gritó que no lo hicieron porque Bernardo ya llegaría. Pero aquél Bernardo era Bernardo Méndez, no Bernardo Vásquez. Él vive en un pequeño callejón, y fue allá dónde lo agarraron. Nunca le dieron chance de salir a la calle. Le metieron ocho balazos.
“La persona que le tiró, Albindo, no es del pueblo. Pero, una vez que empezó a tirar, todos los otros lo hicieron también – uno de los miembros del consejo, los hermanos de Mauro, los hijos del fideicomisario, incluso el que era entonces jefe de policía – un chavo que sólo tenía 18 años. Me tiró un balazo disparado por una señora que vive en el pueblo. La bala todavía está en mi pierna derecha, cerca de mi rodilla. El doctor no quiere sacarla porque dice que, si lo hace, pierdo toda mi pierna.
“No estábamos armados. No teníamos nada. Llevamos Bernardo Méndez al hospital de especialidades, pero no lo querían admitir hasta que mi hermano hablara con el secretario de gobierno. Pero Bernardo Méndez solo aguantó dos días, y entonces falleció”, relata Abigahil
Bernardo Vásquez exigió que el gobierno local fuera disuelto y que Alberto Mauro Sánchez fuera impedido como presidente municipal, diciendo que “él ordenó que la policía municipal tirara al pueblo”. Algunos días después, el promotor de justicia del estado demandó a Gabriel Martínez Vásquez por homicidio. Albindo Gómez Rodríguez no fue arrestado hasta abril, un mes después que el mismo Bernardo Vásquez fue asesinado mientras regresaba a su casa de un viaje a la Ciudad de México, dónde había ido buscar apoyo internacional.
Los representantes de CPOVU, Jorge Sánchez y Eustasio Vásquez, dijeron que el asesinato de Vásquez fue trabajo de las “guardias blancas”, o paramilitares, financiados por la compañía. “Ya los vimos dar dinero a la gente de la comunidad que está en contra de nosotros, un grupo llamado ‘Defendiendo Nuestros Derechos’. Estas personas son las que ahora tienen coches, cuando antes no tenían nada”. El CEO de Fortuna, Jorge Ganoza, declaró a los medios canadienses: “Nosotros, como una compañía, y nuestro equipo en Oaxaca, estamos muy entristecidos por esos continuos y sin sentido actos de violencia en el pueblo de San José, relacionados a una larga lucha política por el poder local. Esto no está de ninguna manera relacionado a nuestras actividades o nuestro equipo de trabajo”.
El agente de relaciones públicas de Fortuna, Pagano, agrega: “La compañía ha soportado diversas iniciativas de desarrollo sacadas adelante por la ‘Asociación Civil San José Protegiendo Nuestros Derechos’. Este grupo comunitario está compuesto de una amplia gama de miembros de la comunidad que se reunieron para organizar diversos proyectos de desarrollo”. Ella dice que Fortuna Silvar no provee el grupo de fondos, solo de materiales y de asistencia técnica.
Pero ella también añade que “ La compañía firma acuerdos anuales con la municipalidad de San José del Progreso para financiar diversos proyectos de infraestructura, que son presentados a la comunidad para su aprobación en una asamblea popular abierta todos los años”. Independientemente de que tan abierta sea la asamblea a los opositores de la mina, la misma municipalidad es controlada por Alberto Mauro Sánchez y la jerarquía priísta.
Tras el asesinato de Bernardo Vásquez, un artículo en un periódico de Oaxaca lo acusó de firmar un acuerdo en febrero, alegando que él habría recibido 16 millones de pesos por proyectos de empleos, educación y salud. La presunta firma era de Alberto Mauro Sánchez Muñoz. Avigahil Vásquez dijo que la nota era una desinformación. “Ocho días después de su asesinato, decían que su propio pueblo lo habían matado, porque él los vendió a la mina por 20 millones de dólares. Fue ridículo. No es verdad que ha sido muerto solo por una pelea dentro del pueblo. Vivíamos una vida normal antes de que llegara esta mina”.
Empero, la violencia no se detuvo. El líder de CPUVO, Leovigildo Vásquez Sánchez, dijo que policías armados y guardias de la mina manejan por las calles de San José en la noche para intimidar a sus habitantes. La compañía, él acusa “es la que está financiando esto, son los que suministran el dinero que compra las camionetas y las armas que normalmente sólo las tiene el ejército”.
Después de un corto bloqueo a la entrada de la mina pasado mayo, en la noche del 16 de julio dos opositores de la mina, Guadalupe Vásquez Ruiz y Bertín Vásquez Ruiz, fueron baleados por hombres armados afuera de la iglesia católica. Guadalupe Vásquez Ruiz quedó herida en su pierna, y Bertín Vásquez Ruiz fue herido en el estómago. Fueron llevados al hospital en Oaxaca, donde Bertín Vásquez Ruiz sobrevivió por semanas con el auxilio de respiradores. Ellos nombraron a Aarón Pérez Vásquez, asistente al director de obras públicas, como uno de sus asaltantes. Una nota de prensa emitida posteriormente por el Colectivo Oaxaqueño en Defensa de la Tierra y por oficiales del pueblo de Capulalpam de Méndez [que también está en resistencia a una mina] nombró a dos personas más como responsables por la agresión, un presunto empleado de la mina y otro funcionario del presidente municipal. Finalmente, en octubre, dos personas fueron encarceladas por matar a Bernardo Vásquez.
Sin embargo, Abigahil Vásquez no cree que las divisiones pudieran disiparse, mismo en el caso de que la mina encerrara su producción. Dice: “Lo primero que tiene que suceder aquí es que la mina debe irse. Pero eso solo no soluciona las cosas, porque las personas que la defienden quieren que ella se quede, y nosotros queremos que se vaya. Todos vivimos lado a lado. A un lado de alguien que quiere la mina vive alguien que es enemigo de la mina. Todo el pueblo está dividido por esto. El grupo de padres de la escuela primaria no ha podido reunirse. Los padres han acordado una cuota para mantener la escuela funcionando año tras año, pero este año los padres del otro lado presentaron una demanda para dejar de cobrar la cuota. La escuela ha podido seguir funcionando, pero uno ya puede ver los conflictos entre los niños. Ellos se ven como enemigos, dependiendo de cual posición han tomado sus padres. Se atacan mutuamente con palabras, pero ya empezaron a hablar sobre armas y pistolas. Estamos viviendo con este conflicto dentro de todas nuestras instituciones. Balas y tiros todos los días, todas las horas del día.
“Nosotros sólo queremos nuestros derechos respetados, y vivir vidas normales. Estamos aterrorizados por personas que están manejando nuevos coches y tienes armas poderosas. Y nuestras manos están vacías – no tenemos ninguna manera de defendernos. Todo esto es por causa de la mina. Queremos que la mina se vaya”, reitera Abigahil.
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El autor agradece a Jorge Hernández Hernández por su asistencia con la investigación de este artículo.
Tomado de: http://desinformemonos.org/2012/12/oaxaca-sangre-en-la-plata/