miércoles, 11 de junio de 2014

¿Quién nombra a los funcionarios públicos?

Si miran de cerca el asunto se darán cuenta que nosotros no nombramos a nadie, nosotros elegimos, y a una minoría del aparato estatal.
Elegimos al presidente de la república, 300 diputados federales, 64 senadores (en realidad elegimos a 32 porque se vota por el partido no por la persona), un gobernador, 21 diputados locales, 1 presidente municipal, estos son los que nosotros elegimos, no los nombramos, son otros los que los nombran y nos dicen: de estos dos, tres, cuatro, elijan. A los que los nombran les es indiferente que nosotros elijamos a uno u otro al cabo todos, incluyendo a los que va a nombrar por Morena (porque Morena elige igual que los partidos tradicionales, así los obliga el ine-trife), se van a portar exactamente igual, van a trabajar para que los de arriba ganen más dinero y los de abajo sigamos igual o más jodidos.
Y hay casos en que la elección es una vil simulación, yo voté por primera vez en 1982 y en todas estaba seguro de quien iba a ganar, salvo en 2006 que pensé que podía ganar AMLO.
Pero si nosotros elegimos a estos, no los nombramos, los de arriba nombran a: –porque no vayan a creer ustedes que es el presidente de la república el que lo hace.
1.- Al gabinete alrededor de 60 funcionarios;
2.- A todo el sistema de justicia, desde los ministros de la suprema corte hasta el último juez, desde el procurador federal hasta el último ministerio público local, todos los nombran ellos, nosotros no tenemos vela en ese entierro;
3.- A 200 diputados y 64 senadores –y no los del montón esos los elegimos nosotros–, ellos a los que dirigen la cámara, a los Beltrones, a los Emilo Gamboa, a los Barbosa, a los Cordero, a los Lozano, al chuqui pues;
4.- A todos los funcionarios del gobierno del estado;
5.- A los regidores y los funcionarios del ayuntamiento;
6.- Y tienen bajo su dominio a todo el ejército, la armada, las policías, los juzgados y las cárceles. 
Otro argumento igual de falso es que nosotros les pagamos, no nosotros no les pagamos, los de arriba los que controlan el Estado recaudan de manera compulsiva, no es que nosotros de forma voluntaria paguemos los impuestos, sino que ellos a la fuerza nos los quitan.
Es dinero que ellos con la fuerza del Estado, jueces, policías, ejército, cárceles, nos arrancan, el ciudadano no puede ir a decir, ni siquiera juntándonos muchos, se gasten aquí o allá, podemos arrancarle migajas al pastel, pero hasta ahí, cambios no hay, nada cambia.
Los que nombran a los funcionarios del Estado utilizan el presupuesto para hacerse más ricos. 
Para ver como los de arriba utilizan los fondos del Estado para hacerse más ricos hay una novela muy buena "El hombre" de Irving Wallace.
Como pueden ver este camino no tiene salida, en realidad es un laberinto donde se puede andar perdido durante años, sin darse cuenta que no tiene salida.
Pero hay otro camino, tal vez igual de escabroso, pero que tiene salida, es reconocer que los gobernantes no nos representan, porque nosotros no los nombramos, y por lo tanto hay que desplazarlos, ¿cómo? Creando, construyendo, una organización política, porque es donde queremos incidir, donde se creen prácticas de nombramiento diferentes a la de los actuales partidos políticos. Necesitamos tener la voluntad de hacernos cargo de nuestra propia vida y no dejar que otros decidan por uno. 
Por otra parte, los funcionarios (y creo que todos los trabajadores) no responden a quien les paga, responde a su jefe inmediato, en la iniciativa privada, sobre todo en las pequeñas y medianas industrias o negocios el jefe y el pagador es la misma persona y por eso puede confundirnos, pero en empresas grandes como Ford o Bimbo ya no, y los trabajadores ya no se preocupan por estar bien con el pagador, sino con su jefe inmediato, de quien depende su permanencia y ascenso, por eso es que la idea de los ciudadanistas de que los funcionarios son nuestros empleados no pega.
Por eso digo que sus dos premisas de los ciudadanistas son falsas y por lo tanto no tiene caso seguirlas.
Por eso es que cuando llegan a funcionarios (¡¡aguas Morena!!) no ven hacia abajo sino a donde se deciden las cosas, hacia arriba. 

Y hay quienes creen que haciendo cambios de maquillaje puede derrotar al sistema