Estimados amigos
Creo que la reflexión se está desviando del tema central que es la viabilidad Voto Nulo como un instrumento de transformación política democrática de la Nación.
Se puede observar la buena fe tanto de los promotores del voto nulo como de los promotores de MORENA y otros que metimos la cuchara. Sin embargo creo que todas las partes nos cansamos con facilidad de escuchar los argumentos de nuestros interlocutores y rápidamente los descalificamos. El resultado es nuestro distanciamiento y enemistad. Si no partimos de que todos estamos colocados del mismo bando político entonces terminaremos calificándonos de agentes del imperialismo como pasaba hace unos 30 años y apenas en el 2006
1. Varios han mencionado la futilidad de este ejercicio de reflexión.
Pero ¿Por qué nadie se atreve a valorar, destacar o poner en tela de juicio la "sabia" convocatoria a la llamada "Otra campaña" de Marcos en el 2006?, ¿Temen ser excomulgados?, ¿No quedó claro que "La Otra Campaña" se sumó -con sus propias motivaciones, legítimas o no - a la campaña negra de Calderón?, ¿No quedó claro que su llamado a un sector de la izquierda a no votar pudo ser la diferencia de quedarse oficialmente a menos del .5% o ganar inobjetablemente aunque fuese por el .5%? La reflexión entonces no resulta tan ociosa.
Les propongo que convengamos en que lo sustantivo de las elecciones no son solo los votos sino la unidad política, los pactos políticos, los acuerdos de programa, es decir, lo sustantivo de los procesos electorales es el arte y la ciencia de la política como diálogo para lograr la unidad de voluntades políticas diversas en torno a un proyecto político común. Desafortunadamente hasta ahora hemos fallado todos. En una ocasión dije a unos amigos que las diferencias ideológicas solo nos dividen y varios me dejaron de hablar. Ahora, bajo ese riesgo, puedo decir que los incondicionalismos ─se reclamen de donde se reclamen─ enturbian, pervierten y degradan a la política democrática.
2.- Algunos errores históricos de la izquierda mexicana es creer que posee la verdad absoluta, es su dogmatismo e intolerancia a la diferencia, es creer que el futuro de vida digna y de justicia solo es posible con ellos en el poder, así por definición. Es más, ahora tan solo por afiliarse al PRD muchos ya se reclaman de izquierda de hueso colorado y si son gobernantes reclaman disciplina a sus decisiones pues son incuestionables, son la verdad absoluta.
Una anécdota. El pasado 7 de septiembre en Boca del Río les dije a los Generales que me invitaron a dialogar: "ni ustedes ni Felipe Calderón se mandan solos, no son autónomos, el artículo 39 constitucional dice que el Poder dimana del Pueblo y se instituye para el servicio de éste. El Pueblo se reserva en todo momento el derecho a modificar la forma de sus gobierno" Me escucharon, aguantaron vara y aceptaron reunirse con nosotros en la sierra no para decirles que aceptamos incondicionalmente su "autoridad" como quería un General, sino para escuchar nuestra palabra reclamando justicia y un pacto de unidad en cuanto a seguridad pública. ¿Creen ustedes que un gobernante de "izquierda" me hubiera tolerado? Por lo menos me hubiera despedido, otro me hubiera ignorado y la mayoría no me hubiera visto ni oído.
3.- En Adriana leo como argumento central de su llamado al Voto Nulo su cuestionamiento a la llamada izquierda electoral por prácticas corruptas y antidemocráticas. Esto no solo puede sino debe suscribirse. Todo aquel que se defina políticamente como de izquierda debería luchar en contra de estos dos tipos de práctica política y/o de mal gobierno.
Desafortunadamente esta mala experiencia la conduce a la conclusión -que considero errónea- de lo insustancial del ejercicio electoral. Debo entender que no coincidimos porque la experiencia de mi organización es diferente: nosotros luchamos socialmente de manera cotidiana y en tiempos electorales hemos ganado o hecho ganar gobiernos municipales.
Es probable que nuestra amiga Adriana no tenga la experiencia de haber vivido de cerca un proceso de lucha social cuya dinámica lo conduzca a toparse con la disyuntiva de seguir siendo gobernados por corruptos, ineptos e ineficientes o intentar transformar el Poder Local conquistándolo e intentando democratizarlo, humanizarlo y socializarlo.
No obstante, muchos vemos igual que Adriana que los gobiernos municipales y estatales del PRI, PAN y del PRD no se han sabido diferenciar en lo positivo, más bien se han sabido igualar en lo negativo y por eso los del Voto Nulo, haciendo un análisis superficial y parcial de la experiencia nacional, hacen tabla rasa y concluyen con facilidad que la política electoral es puerca e inútil.
Los del Voto Nulo empezando por Marcos quisieran políticos inmaculados, sin errores, sin desviaciones, sin ambiciones personales, sin vedetismo, sin demagogia, preñados de valores y principios revolucionarios. Como no los ven por ningún lado prefieren no votar por nadie, nadie se lo merece, nadie está a su altura. Como nunca los van a encontrar entonces ellos mismos se erigen (lo digan expresa o sutilmente) como único modelo a seguir. Ellos sí se sienten con el derecho o autoridad como para lanzar la primera piedra contra los pecadores.
4.- En los promotores de MORENA veo a muchos amigos y compañeros de alto valor humano y compromiso ideológico con nuestro Pueblo. Pero veo que no admiten críticas u observaciones a su liderazgo principal. No logran comprender que las críticas de buena fe son indicadoras de lo que hay que cuidar, corregir o de plano desechar para mejorar la oferta política. Sin embargo, más allá de la buena fe, un elemento a subrayar es que al igual que los políticos electorales de cualquier partido, los representantes municipales, estatales y nacionales de MORENA (caso especial son las organizaciones sociales adheridas a AMLO, muchas de ellas se distinguen por su habilidad de negociación de cargos y candidaturas con muchísimo tiempo de anticipación) lo que ofrecen al Pueblo son solo ideas; ofrecen sus buenas intenciones de lo que harían si llegaran a estar en el Poder. Esa es la característica principal de la gran mayoría de la clase política actual que está formada básicamente por políticos electorales: vendedor de ideas y de promesas. Lo malo es que muchos de estos amigos exigen el voto incondicional. Esta es la oportunidad histórica, dicen; chantajean con la idea de que el voto por su candidato es un acto patriótico y lo contrario es una traición: la historia te juzgará y tus hijos y nietos te lo reclamarán, sentencian.
Para ellos no es significativo o de plano no cuenta ni sirve todo el enorme esfuerzo cotidiano de lucha social, cultural, económica y política que venimos haciendo muchísimos hombres, mujeres, jóvenes y ancianos, organizaciones sociales, ONG, grupos culturales e intelectuales, académicos y científicos y muchos anónimos más que caminamos en la ruta de la democracia, los derechos de los Pueblos indígenas, los derechos humanos, los derechos laborales, los derechos ambientales, por superar la pobreza a partir de nuestro propio esfuerzo, por construir formas solidarias y alternativas de intercambio económico-productivo y en contra de la corrupción, impunidad y la inseguridad. Que conste que en todos estos espacios o frentes de lucha estamos solos o contamos con el acompañamiento solidario de todos menos de los políticos electorales. La lucha social y la lucha electoral son por ahora caminos separados, paralelos y sin puentes comunicantes. Lo que no alcanzan a ver los que exigen incondicionalismo es que justamente nuestros hijos están asimilando nuestra escuela de servicio, de aprender a dar paso sin guarache; la mística de servir sin necesidad de estar en un cargos o puesto público.
Una anécdota: Cuando las jornadas en defensa del petróleo le decía a una amiga de Orizaba: "entiendo que la lucha nacional en defensa de Pemex es una lucha por la soberanía nacional y el patrimonio de los mexicanos, que es una reivindicación que debe movilizar a todos los mexicanos. Pero dígame usted de quién es la tarea de explicar y articular la Reivindicación nacional (sobre el petróleo) con las Reivindicaciones locales que en este momento son el motivo o razón por las que la gente de las comunidades, colonias o barrios se están organizando y movilizando. Esta tarea es nuestra, de los liderazgos locales y comunitarios. Nos piden movilizar al Pueblo pero no tienen la menor idea del esfuerzo que cuesta. Ellos solo mandan, creen que la gente se mueve solo con consignas generales, y nos consideran solo tropa, sus chalanes. Son ellos los de la Gran Política".
5.- Sobre el Equipo de Colaboradores y Candidatos: es evidente que ni AMLO ni Marcelo, ni cualquier otro posible candidato solo va a poder realizar las transformaciones estructurales que necesita la Nación. Cualquiera de ellos debe contar con un amplísimo equipo de operadores, de colaboradores y de Candidatos a puestos de elección popular. Pero es aquí donde nuevamente nos topamos con problemas: Los equipos están preestablecidos no solo por su capacidad y calidad política, técnica o profesional sino fundamentalmente por su fidelidad y lealtad basada en cargos, sueldo y la permanente manipulación de las expectativas de todos sus seguidores más cercanos. Qué yo sepa esta es la escuela de formación política que los PRIISTAS hicieron cultura nacional y lamentablemente también lo es en MORENA, el PRD, la Ex Convergencia y el PT. Sin embargo, debo destacar que la debilidad de toda la clase política incluyendo la que se reclama de izquierda es que son una minoría y no puede ser de otra manera pues los cargos y candidaturas son pocos. El llamado voto duro es un mito, son una increíble minoría.
6.- Los amigos del Voto Nulo son impacientes y subjetivos (otra cosa es ser idealista). Quisieran que con un gran y certero movimiento de timón se dieran los cambios radicales que demanda la Nación. Fastidiados de la cultura política de la clase política creen erróneamente que es posible los cambios estructurales de manera ajena a las instituciones sociales políticas y culturales de la Nación. Dicen trabajar por México pero solo trabajan para sus proyectos de grupo, pueden ser muy interesantes, sustentables e incluso culturalmente adecuados, pero si no construyen territorialmente Poder Popular alternativo al Poder establecido por el sistema, sea a nivel local, regional o estatal, entonces no dejarán de ser un buen experimento social, quizá hasta un verdadero proyecto político rebelde pero nunca un proyecto democratizador y menos aún revolucionario. No se permiten admitir que son solo una parte de la gran diversidad cultural y política que somos los demócratas del país y que solos no irán más allá de sus islas, que dicho sea de paso, también son islas de Poder.
La política, decía Federico Engels es el arte de lo posible. A lo largo de la historia Las revoluciones las han hecho posible solo las masas revolucionarias, el Pueblo que ha asimilado como propias las ideas revolucionarias. Los liderazgos, los partidos u organizaciones solo catalizan los procesos acelerándolos o retrasándolos según su calidad y orientación política. Las transformaciones sociales y políticas devienen de procesos, serán estructurales si responden a las aspiraciones de la mayoría popular y serán verdaderas si logran construirse como forma de vida de la sociedad en su conjunto, como nuevo sistema de valores culturales hechos ley, instituciones y políticas públicas. La política es un arte y una ciencia porque es un proceso de aproximaciones (de ensayo y error) al consenso, a lo justo y a los equilibrios que recuperen la armonía social.
La diferencia cualitativa con las experiencias de lucha revolucionaria del pasado es que ahora en México no existe solo una élite intelectual pensante y única capaz de formular un proyecto nacional, somos muchas las expresiones políticas democráticas y hasta revolucionarias que reclamamos legitimidad en nuestros proyectos políticos. Si partimos que el único Proyecto de Nación posible y necesario es el de AMLO, el del Congreso Social, el de la Unidad de las izquierdas o cualquier otro, no va a favorecer la unidad; si intentamos engañar con que el X o Y candidato personifica el verdadero Proyecto Alternativo de Nación cerraremos las puerta a la unidad. El Proyecto de Nación debe considerarse en construcción y debe sustentarse en un verdadero esfuerzo de diálogo nacional para consensuarlo. Si no hay Proyecto de Nación concertado no habrá unidad nacional y todos perderemos. El tiempo se está agotando al menos para las elecciones del 2012.
7.- Como parte de la dirigencia del Movimiento Indígena Nacional (MIN) estamos convencidos de que nadie de nuestros Pueblos y Organizaciones indígenas tenemos la capacidad de lograr por si solo los cambios estructurales necesarios para el país. Estamos convencidos de que el futuro de los derechos plenos de los Pueblos Indígenas en el marco de la refundación del Estado mexicano como Plurinacional y Democrático depende en gran medida de la unidad nacional de los demócratas del país y de la capacidad de diálogo y pacto político que éstos tengan con nuestros Pueblos y Organizaciones Indígenas.
Tlacatenco Julio Atenco Vidal
Presidente de la CROISZ
Miembro de la Comisión Política del MIN
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