Al darse
cuenta, la conciencia va entrando poco a poco y en la mediad que se hace la luz
la indignación crece, la rabia se acumula y con ella se va superando el miedo,
poco a poco nos damos cuenta de que ¡¡¡Fue el Estado!!!
Nos damos
cuenta de que no son los narcos, bueno de que si son los narcos pero al
servicio del Estado, así la toma de conciencia ilumina el panorama poniendo de
manifiesto que no es el narco, que es el Estado.
Nos damos
cuenta que el Estado durante muchos años nos engañó, que durante muchos años
sus personeros e instituciones nos dijo que el Estado era el defensor del
pueblo, que era el garante del estado de derecho, que era el que garantizaba el
derecho a la vida, a la justicia, ahora nos damos cuenta es el que nos ha
estado matando y desapareciendo, pues protege, solapa, permite y hasta entrena
y avitualla a las mafias.
Pero no únicamente se dieron cuenta de que fue el Estado,
también les cayó el veinte de que toda la clase política está metida en el ajo.
Tal vez pocos dudaban de que el PRI, PAN, Verde, Panal estaban infiltrados por
el narco, pero lo que molesta e indigna, lo que hace que los jóvenes se sientan
burlados, es enterarse, tomar conciencia, que hasta la izquierda ha sido
controlada por el narco y no solo el PRD sino hasta Morena que navega con la
bandera de la honradez. Si no pasan los lamentables hechos de Ayotzinapa un
narco postulado por Morena hubiera sido gobernador del estado de Guerrero, esa
es la indignación de los jóvenes que los hace repudiar los partidos políticos
electorales.
Y no es que
sea el narco el que infiltró al Estado, y por tanto la cantaleta del gobierno
de que hay que luchar contra la corrupción y contra la inseguridad no es más
que eso, una cantaleta, un engaño.
Es el
Estado burgués el que puso el narco a su servicio para que haga la guerra sucia
contra el pueblo, es el narco el que ahora hace el trabajo que en la década de
los setenta del siglo pasado hacía Miguel Nazar Haro y la tenebrosa
Dirección Federal de Seguridad, pero superó la experiencia no únicamente mata a
quien estorba al sistema capitalista neoliberal, no únicamente el gobierno puso
el narco a su servicio, también la burguesía puso al narco a su servicio, no
porque los señores burgueses anden tirando droga, ya viéramos a Slim o Larrea
de tiradores o burreros, no, la burguesía utiliza al narco para despoblar
territorios, facilitar el mercado y la acumulación por desposesión.
La burguesía que su único interés es acumular riqueza
requiere territorios despoblados para los megaproyectos, para sus enclaves,
pero también requiere trabajadores dóciles, ablandados, aquí el narco cumple un
papel preponderante; requiere mercados, compradores libres y es el narco el que
rompe el tejido social, el que destruye las formas tradicionales de vida en el
campo y la ciudad, termina con tienditas, talleres, pequeños negocios,
producción social de alimentos y vestido, con la agricultura campesina, abre el
mercado pues; y como consecuencia de lo anterior se apropia de las riquezas
locales y comunes, de agua, de tierras, de conocimientos comunes, de plantas,
del suelo y subsuelo y de las riquezas naturales, despoja a los pueblos.
La imbricación con el capitalismo trasnacional está en que
el capitalismo mundial le asignó a países como el nuestro el papel de
proveedores de materias primas, principalmente todo tipo de minerales que en
los países centrales no hay o no les permiten extráelos de forma rentable, de
petróleo, gas, productos maderables o plantaciones de monocultivos como soya,
palma africana o eucalipto.
El problema es que son territorios poblados y a su
pobladores no les interesa los megaproyectos, la minería, ni los
monocultivos y consideran a los territorios sagrados.
Cuando los pobladores dicen no al extractivismo, al enclave,
la violencia se desata, aparecen los narcos, pero no es el narco que siembra
marihuana o amapola, no, es otro tipo de narco, es un narco que hace acciones
muy violentas como secuestro con asesinato, robo de muchachas y niñas, robo de
cosechas, parcelas y ganado, pero sobre todo asesinando por nada, terror, entre
los muertos invariablemente están los luchadores sociales, donde el Estado
únicamente mira, no hace nada, ni siquiera recoge y cuantifica los muertos, ya
que cuando se cotejan las estadísticas de la PGR con lo que dicen y saben los
paisanos hay una diferencia sustancial.
El narco,
al servicio del Estado no únicamente se encarga de hacer la guerra sucia que
hacía Nazar Haro, ahora también se encarga eliminar a los luchadores sociales,
despoblar territorios para los mega proyectos de los gentleman canadienses,
chinos, estadounidenses, mexicanos como Slim, Larrea, Bailléres,
puedan operar sin molestia y mantener la población aterrorizada.
Cuando los jóvenes ven que todos son parte del problema es
lo que los hace afirmar con decisión y convicción ¡¡¡Es el Estado!!!
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